1. Pelá el pepino; reserva la piel. Cortá la pulpa en trozos de 2,5 cm y transferilo a una licuadora. 2. Calentá el azúcar, el jengibre, el chile, el anís estrellado, los clavos, la piel de pepino reservada y 240 ml de agua en una cacerola pequeña a fuego medio, revolviendo ocasionalmente, hasta que el azúcar se disuelva. Retirá del fuego, tapá y dejá reposar durante 10 minutos. 3. Colá el jarabe a través de un tamiz fino en la licuadora; desechá los sólidos. Agregá el jugo de limón y 480 ml de hielo, y licuá hasta que quede suave. Colá el agua fresca a través de un tamiz en una jarra mediana; desechá los sólidos. 4. Vertí el agua fresca en vasos llenos de hielo y decorá con listones de pepino. TIP! El agua fresca se puede preparar con 2 días de antelación. Cubre y refrigera. Revuelve bien antes de usar.