Precalentá el horno a 135° C. Derretí la manteca en una cacerola mediana a fuego medio y cociná, revolviendo con frecuencia, hasta que la manteca se espume y se dore (no dejes que se queme), de 5 a 8 minutos. Transferí a un tazón y mezclá con el azúcar moreno, la miel y la vainilla. Reservá. Triturá las nueces pecan en un procesador de alimentos hasta que casi se conviertan en polvo (deberían quedar solo unos pocos trozos más grandes). Combiná las pecanas trituradas, la avena, las semillas de calabaza, el coco, la ralladura de naranja, la canela y la sal en un tazón grande; agrega la mezcla de mantequilla reservada y revolvé para combinar. Extendé la granola en una bandeja para hornear forrada con papel manteca y horneá, revolviendo ocasionalmente, hasta que esté dorada, de 40 a 50 minutos (la mezcla seguirá viéndose húmeda pero se secará al enfriarse). Dejá enfriar la granola en la bandeja para hornear, luego rompe en trozos grandes. Agrega los arándanos secos. Puedes preparar la granola con antelación. Se puede almacenar herméticamente a temperatura ambiente durante 1 semana.